Arte fugaz y con tiritas




Autor:Lago/Sotelino redac.pontevedra@lavoz.es Fecha de publicación: 12/11/2009

Las jornadas de arte de acción Chámalle X estuvieron ayer de lo más moviditas. Nos referimos en especial a la performance presentada por el colectivo LIBA (Laboratorio de Investigación en Bellas Artes), integrado por estudiantes de la facultad de Belas Artes. Desarrollaron una acción tipo flashmob, con concentraciones muy rápidas y dispersiones igualmente raudas. Comenzaron en A Peregrina, saltando y gritando de júbilo la palabra gol, cual si fueran seguidores del Alcorcón, y acabaron también a gritos, pero en esta ocasión de pánico, con carreras por la calle. Entre esas dos acciones, otras ocho, a lo largo de Michelena. Desde montar una manifestación, con pancarta incluida, a comer sentados en el pavimento e invitar a los viandantes a unos espaguetis -alguno lo probó-, pasando por una pelea muy bien simulada o recorrer la zona dando patadas a latas de un conocido refresco. También realizaron una cadena cogidos de la mano a lo ancho de la calle, se mantuvieron un par de minutos inmóviles como si fueran estatuas, o convidaron a los peatones a que posaran con ellos en una foto, que se podrá bajar hoy de la web libacolectivo.org.

Mientras en las acciones participaban un nutrido grupo de alumnos, otros compañeros daban fe de ello con cámaras de fotos y de vídeo, y captaban también las reacciones del público, que fueron de lo más variapintas, desde el estupor y la perplejidad a la complicidad. Esas reacciones se manifestaron especialmente con otra performance realizada por la mañana, a cargo del artista alemán Johannes Deimling que presentó su propuesta titulada Don´t hur me (No me hagas daño). Vestido con un pantalón de pana, camisa y y jersey, apareció en la Peregrina con toda la cara, la cabeza y las manos completamente cubiertas de tiritas. Sentado en las escaleras del santuario, impasible a las reacciones que estaba causando -desde «debe ser un trabajo de los de Bellas Artes» o «una cámara oculta» a «igual se escapó de un manicomio»- y con un paraguas en la mano, sobresalían sus ojos azules en medio de tanto apósito. Con parsimonia, se levantó y abrió su paraguas, que roció con gasolina y prendió fuego. Cuando se consumió la tela, algunos de los peatones congregados a su alrededor dieron un tímido aplauso. Y con el paraguas abierto, al que solo quedaban las varillas, se dio un paseo por las calles Oliva, Riestra, Gutiérrez Mellado, Fernández Villaverde y A Ferrería, para regresar a la Peregrina. Por el camino, muchos se volvían asombrados, un motorista no daba crédito a lo que veía y se paró para verlo mejor y hasta una niña pequeña avisó a su madre de que iba un señor con el paraguas roto. Y en A Ferrería, se le acercó un paisano para decirle que tenía un paraguas de verano y cantarle las excelencias de Galicia, ante los gestos de asentimiento del artista.

Los integrantes del colectivo LIBA estarán mañana, viernes en Vigo, con una propuesta que consiste en deslocalizar las exposiciones y esparcir sorpresas por la ciudad, abandonando las cuatro paredes como espacio típico para las exhibiciones. El proyecto, titulado Estratexias urbanas deslocalizadas, pretenden expandirse por toda la ciudad creando nuevas ofertas de ocio y turismo. En la Casa Galega de Cultura se ofrecerá la información para recorrer diferentes rutas a través de un mapa físico que se entregará al visitante, o a través de un ordenador que contendrá la información necesaria para cada propuesta. En total, serán catorce los proyectos desarrollados y escondidos por varios puntos de la ciudad. Será, según explica una de las artistas del grupo, una especie de gincana para la que se ofrecerán pistas, pero muy sutiles, y se trata también de ver la ciudad de otra manera menos convencional, en una ruta underground.